El gran escritor y filósofo , Miguel de Unamuno, posiblemente el español que más contribuyó al restablecimiento de la República, cuando apenas habían transcurrido seis meses de la proclamación, manifestó a un amigo suyo: “Me pregunta usted que cómo va la República. La República, o res-pública, si he de ser fiel a mi pensamiento, tengo que decirle que no va: se nos va. Esa es la verdad…”
La II República Español, fue una etapa de nuestra Historia repleta de progreso y libertad, pero rota en 1936 por una sublevación fascista.
Esta interpretación puede tener algunas lagunas ocultas por los historiadores de lo políticamente correcto. Miremos ligeramente las hemerotecas de la época y tomemos algunos datos adicionales enriquecedores de nuestra historia próxima.
Desde la primavera de 1934 la dirección del PSOE se manifiesta a romper con la legalidad republicana y a practicar una política abiertamente revolucionaria. Desde febrero de 1934, el PSOE y la UGT organizaron un golpe de estado articulado como movimiento revolucionario. Esta decisión socialista, que no estaba oculta porque se hablaba de él en artículos de prensa y en discursos, culminó el 15 de octubre de 1934 con la Revolución de Asturias. La experiencia revolucionaria de la progresía terminó con casi 2.000 muertos y cerca de 30.000 detenidos, entre ellos: Luis Companys ( ERC)
La progresía nunca creyó que bastaría con una huelga revolucionaria para tomar el poder. El PSOE y la UGT divulgaron en sus medios de comunicación la justificación de la violencia y continuamente hacían llamamiento a la juventud para que adoptase posturas violentas. Los planteamientos violentos abundaron en la prensa socialista, principalmente en Renovación.
El objetivo era organizar un ejército revolucionario basado en las milicias socialistas; aunque Largo Caballero, dirigente del PSOE y la UGT, se refería a la necesidad de lograr “el armamento general del pueblo”: “Vamos a conquistar el poder, (...) si no nos dejan de otra forma lo haremos revolucionariamente”, para lo que hacía falta “preparar las huestes para la revolución”, como instrumento específico de realización de una acción violenta
Renovación en el “Decálogo del Joven Socialista”, publicado el 12 de febrero de 1934 se decía:
1º Los jóvenes socialistas “deben acostumbrarse a las movilizaciones rápidas, formando militarmente de tres en fondo”. 2º Que “cada nueve (tres filas de tres) formarán la década, añadiendo un jefe”. 3º Había que “saludar con el puño en alto y el puño cerrado, que es signo de hombría y virilidad”. 4º Debían “manifestarse militarmente, para que todas nuestras actuaciones lleven por delante una atmósfera de miedo y respeto”. 7º Establecía una disciplina férrea: “en los momentos revolucionarios la democracia interna en la organización es un estorbo. El jefe supremo debe ser ciegamente obedecido, como asimismo el jefe de cada grupo". 8º Apoyaba los métodos violentos,“el Socialismo solamente puede imponerse por la violencia” y 9º el deber de los jóvenes socialistas era “sobre todo, esto, armarse. Como sea, donde sea y por los procedimientos que sean; mientras haces todo lo posible por desarmar al enemigo”
La insurrección Socialista (PSOE ) y de los separatistas catalanes (ERC) de izquierdas, en octubre de 1934, fue el primer intento de guerra civil; todavía faltaban 21 meses hasta el alzamiento de Franco . las hemerotecas no engañan, eran continuas las invocaciones socialistas a la guerra civil , y muy claros las instrucciones para la insurrección.
Alejandro Leroux, (Partido Republicano Radica era el Presidente de la República, el 4 de octubre forma el primer gobierno de centro-derecha. Tres ministros de la CEDA pasan a formar parte del gobierno. Entonces las izquierdas intentan tomar el poder. Se anuncia una huelga general revolucionaria, esta es la señal para la sublevación. Los socialistas y la Generalidad de Cataluña se lanzan a la lucha armada con la complicidad de toda la izquierda .
En Barcelona Luis Companys (ERC) , presidente de la Generalidad de Cataluña , se rebela contra el gobierno central y proclama el Estado Catalán. El ministro de la guerra Diego Hidalgo hace intervenir el ejercido y en menos de 24 horas aplasta el movimiento de Companys.
En Asturias miles de mineros establecen un soviet, asaltan cuarteles de la guardia civil, las fábricas de armas y se apoderan de Oviedo. Después de volar la catedral de Oviedo, los mineros se rinden el 24 de octubre, dejando atrás más de 2.000 muertos
La entrada de la CEDA, en el gobierno (los resultados de las elecciones de noviembre del 1933 se lo permitían) justificó la acción violenta para la progresía y separatistas catalanes: toda organización que usa la violencia insurreccional tiende a presentar sus acciones como uso legítimo de la violencia y caracterizar las acciones de otros grupos o del Estado como ilegítimas.
Para el notable historiador español, Claudio Sánchez-Albornoz "la revolución de Asturias y el movimiento de Barcelona dieron una estocada a la República que acabó a la postre con ella". Prólogo al libro de José Tarín-Iglesias, La rebelión de la Generalidad, Plaza & Janés Editores, Barcelona 1988, pág. 12 ; y en otro momento añadió: "La revolución de octubre, lo he dicho y lo he escrito muchas veces, acabó con la República. Ella y la vehementia cordis que Plinio atribuía ya a los españoles." Claudio Sánchez-Albornoz, Mi testamento histórico-político, Editorial Planeta, Barcelona 1975, pág. 44
Para el filósofo y discípulo más destacado de Ortega y Gasset, Julián Marías la Revolución de Octubre fue algo desastroso que sirvió para cargarse la República: "La República murió entonces. Fue la negación de la democracia, el no aceptar el resultado de unas elecciones limpísimas." Diario La Nueva España, 6 junio 1996, pág. 54.
El que fuera médico, científico, historiador, escritor y pensador español, Gregorio Marañón escribió: "La sublevación de Asturias en octubre de 1934 fue un intento en regla de ejecución del plan comunista de conquistar España." Gregorio Marañón, Obras completas, tomo IV, Espasa Calpe, Madrid 1968, pág. 378.
Para José Maldonado, presidente de la República en el exilio, la Revolución de Octubre fue un error porque "si en España había una democracia no era legítimo que se preparara una subversión y es un error frente a una República democrática preparar una revolución social, que desde el principio está condenada al fracaso" Diario La Voz de Asturias, 5 octubre 1984, pág. 30.
Para Compartir en FacebookEnlace: La Revolución de Octubre de 1934 en Asturias de José María García de Tuñón Aza
EL 16 y 23 de febrero de 1936 se presentan unidas bajo la marca "Frente Popular" la progresía y los separatista vascos y catalanes.
Desde 1933 ya el PSOE, CNT y UGT iniciaron la violencia callejera; y en febrero de 1936 se reanudo la violencia izquierdista. Lógicamente, los falangistas como respuesta a esta violencia hicieron su aparición.
Meses después del "triunfo" del Frente Popular, el PSOE (Largo Caballero) decidió tomar todo el poder, cambió su estrategia y puso todo su esfuerzo en el desgaste del gobierno republicano del Frente Popular. Practicando la violencia, atentados, asesinatos,etc., buscaba la desaparición de la democracia burguesa e implantar su dictadura del proletariado (socialismo real o socialismo imperante en la Unión Soviética). Esta fase prerrevolucionaria lograría el debilitamiento definitivo del poder capitalista y clerical mediante huelgas, violencias e incautaciones de propiedades privadas.
«Cuando la violencia procedió de los falangistas, lo fue, al menos en principio, como respuesta a la violencia continuada de la izquierda.» (pág. 298.) Ciertamente, los falangistas liquidaron a unos cuantos del Frente Popular, es bien cierto, «Aunque la mayor parte de la violencia durante la República siempre había provenido de la izquierda.» (pág. 300.) Stanley G. Payne, El colapso de la República, los orígenes de la Guerra Civil (1933-1936).
Quiero terminar esta sección con las palabras del que fuera presidente del PSOE , Ramón Rubial:
"El día que se meta el escalpelo a la historia de España y se conozca la responsabilidad del Partido en el desencadenamiento de la guerra civil, posiblemente tengamos un baldón de ignominia por no haber sabido estar a la altura de las circunstancias…" un compromiso con el socialismo, Madrid 1986, pág. 22. Prólogo de Felipe González.
En definitiva, todos fueron culpables; y de los que más el Partido Socialista.
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Julián Gorkín (1901-1987).Fundación Andreu Nin
Cronología enero 36 a 18 de julio
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Breve Historia de la guerra civil española: La aventura en el Dragon Rapide
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La revolución española: 1930-1937 por Andreu Nin
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Paco Domingo
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